Por ello, la población estuvo asentada sobre la parte más alta de la colina alrededor del siglo XI, como atestiguan los restos encontrados en la Villa.
Tras estos acontecimientos, encontramos en el año 1265 documentos sobre la denominada Villa de Castrilon la cual pasaría en el siglo XV a ser propiedad del Señorío de los Fonseca, importantes nobles castellanos.
La nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos y el crucero con una interesante cúpula.
En su interior guarda un retablo neoclásico en el altar mayor que representa a la Virgen María durante el ascenso flanqueada por los santos Sebastián y Martín que le entregan parte de su capa a una persona pobre, y un crucifijo del siglo XVII.
En ellas se realizan los tradicionales encierros por el campo y las calles, así como una capea popular, cuya plaza de toros está ubicada en la mismísima Plaza Mayor.