Hallamos allí infinito maíz, tantos venados que se contaron hasta 300, mucho pescado asado, pavas y comida de indios en abundancia.
Por ello, no fue casual que Natá fuera elegida por Espinosa para articular desde ese lugar la conquista de otros dominios, particularmente el del bravo cacique Urracá en Veraguas.
Esos caballeros, que fueron escogidos entre las familias más nobles y distinguidas de España, traían la misión de mantener el dominio sobre los indios, conservar la cultura hispana y propagar la fe católica.
Gaspar Rosas Quirós, preclaro educador, historiador y escritor penonomeño, en su último libro, titulado "Coclé de Natá", resalta que en el periodo de la conquista española Natá fue reconocida como “El granero del reino”, gracias a su rica producción agropecuaria.
Su devoción llega a esta población poco después de iniciada la época colonial.
Previamente el pueblo ha organizado a través de la iglesia, organizaciones cívicas, médicos, odontólogos y colaboradores, las recolectas para atender en clínicas momentáneas -al día siguiente- a los cientos de creyentes e igualmente entregarles las ropas y alimentos donados por personas pudientes que lo hacen como promesa al santo por algún favor recibido.
Nota: Las fechas en negritas representan las festividades de mayor movimiento poblacional.