Najash

Esto tiene gran importancia ya que sugiere que las serpientes tuvieron un origen terrestre, y presentan nuevas evidencias en las complicadas secuencias que condujeron a la reducción de los miembros y su pérdida cuando las serpientes se desarrollaron a partir de sus ancestros lagartos.

Este descubrimiento no apoya la hipótesis, formulada originalmente por el paleontólogo del siglo XIX Edward Drinker Cope, de que las serpientes comparten un ancestro marino común con los mosasáuridos.

La preparación del fósil es obra de Agustín Scanferla, A. B. Carvalho y Marcelo Isasi.

Najash no había perdido el sacro, la o las vértebras donde se ancla la pelvis, a veces compuesto de varias vértebras fusionadas, ni su cintura pélvica, la cual se halla reducida o ausente en serpientes modernas.

En el marco de la expedición del año 2001 y 2002, al Área Paleontológica La Buitrera (Río Negro, Argentina) Pablo Gallina, miembro del equipo, halló restos de una serpiente articulada.

Según sus autores originales, Najash rionegrina constituye la más basal de las serpientes conocidas, aunque esto quedó discutido por trabajos posteriores.

Región del sacro de material tipo de Najash rionegrina, mostrando del lado derecho el fémur por debajo del ilion y a continuación parte de la tibia. Del lado izquierdo, el otro fémur se halla quebrado y vuelto a soldar en vida, tal vez por haber recibido una pisada.