Se puede encontrar en la iconografía medieval representado en escenas de batallas, con estandartes incorporados que identifican su militancia.De parecidas características son el salpinx griego[2] y la tuba romana.En el Libro de buen amor, el arcipreste de Hita cita este instrumento junto con la trompa, asociados a los membranófonos y la guerra con las palabras «trompas e añafiles salen con atabales».En el Renacimiento continúa curvándose en «S» y retorciéndose en bucles, y comienza a evolucionar hasta confluir, junto con otras tipologías de trompas, en la trompeta barroca, ya de carácter puramente musical.Sin embargo, todavía hoy es frecuente encontrar añafiles entre los cofrades religiosos de países del Magreb.