En un puerto de La Habana, crecen juntos dos niños mulatos, Mateo (Ricardo Román) y Caridad (Ninón Sevilla).
El capitán también se ha enamorado de Caridad y le propone que vivan juntos, lo cual ella acepta.
Cuando Martín regresa a Veracruz, México, Guevara se siente el nuevo dueño de Caridad.
Hay una larga secuencia en la playa que cubre curiosamente una celebración de un baile ritual de santería, la religión Yoruba mostrada por Ninón como un elemento importante en sus películas como Víctimas del pecado y Yambaó.
[1] En la película hay una secuencia donde varias bailarinas semejan estar desnudas durante un ritual.