Entre sus dirigentes se contaron Luis Bustamante Belaúnde, Miguel Cruchaga Belaúnde, Miguel Vega Alvear, Luis Miró Quesada Garland, Enrique Ghersi Silva, Ricardo Vega Llona, Beatriz Merino, Enrique Chirinos Soto, Pedro Cateriano Bellido y Rafael Rey Rey.
Con su proverbial locuacidad, el presidente García salió en defensa de su proyecto, lanzando denuestos contra el imperialismo y los banqueros.
El segundo lugar lo ocupó sorpresivamente el candidato de un partido independiente, llamado Cambio 90, el hasta entonces desconocido ingeniero Alberto Fujimori.
Si bien el Movimiento Libertad como fuerza política no logró hacer triunfar la candidatura presidencial de su líder Vargas Llosa, su paso por la política peruana dejó consecuencias muy importantes: hizo que la proyectada estatización de la banca, pese a ser aprobada en el Congreso, nunca fuera aplicada, siendo posteriormente derogada.
De paso, tumbó definitivamente cualquier deseo reeleccionista que hubiera animado a Alan García.
También propició que el pensamiento liberal, hasta entonces excluido del debate político (dominado hasta entonces por la derecha conservadora y la izquierda radical), fuera ganando terreno, especialmente entre la clase media, creando el campo propicio para que pudiera ser aplicada a partir de la década de 1990.