Pasaron tres días en prisión, pero lograron una amplísima cobertura de casi todos los medios.
Las pobres ventas y algunas actitudes poco habituales para los músicos de la época que no gustaron en la compañía discográfica terminaron por disolver el contrato.
Las cintas con esos registros sirvieron posteriormente como base de su primer disco, publicado dos años después, en el que participaron Javier Martínez, Pappo y Claudio Gabis.
En 1970 fue la fecha en la que editó su primer disco Treinta Minutos de Vida con canciones compuestas entre los años 1967 y 1970.
También colaboraron Litto Nebbia, Alfredo Toth y Rodolfo Alchourrón, quien dirigió a un cuarteto de cuerdas.
La tapa del disco presentaba una fusión de dos instantáneas tomadas por el fotógrafo Eduardo Pere.
Una viñeta urbana donde volvía a un pasado feliz con vitrolas sonando por doquier y “cines de treinta guitas”.
“En mi casa natal se escuchaban los discos de Carlos Di Sarli y Mariano Mores”, recuerda ahora Moris.
“En realidad eran dos piezas separadas que por sugerencia de mi mujer terminé uniendo”, revela Moris.
La frase –brutal premonición de los tiempos por venir- sería extirpada en la reedición del álbum en el año 1981.
Después, se producía un in crescendo sonoro donde repetía casi como un mantra: “Estoy pensando en salvarme, para volver a enterrarme”.
“Con la mano izquierda, conducía mi coche y con la derecha anotaba en una libreta todo lo que veía”.
A pesar de su situación –y como en “La canción del linyera”, popularizada por Antonio Tormo– el desclasado se sentía dichoso.
“Ese hombre liberado de todo condicionamiento social, a su manera, era feliz”, reflexiona el autor.
Continuaba “Tengo 40 millones”, un instante tan breve como efectivo donde el compositor dejaba en claro su amor por Elvis Presley.
Otro retrato porteño cuya acción se desarrollaba en la puerta de un cabaret del microcentro: “Allí no utilicé metáforas”.
“Esa letra la escribí cuando, con los amigos de La Cueva, deambulábamos por bares y plazas casi sin dormir”, devela.
Una entrega mid tempo, con arreglos vocales de Gómez y Parra, donde el poeta se dejaba cautivar por la naturaleza.
Su aceptación fue tal, que terminó influyendo en numerosas bandas españolas que buscaban alumbrar la nueva escena rock del país y, sobre todo, al igual que había sucedido en Buenos Aires a finales de la década de 1960, lo que pronto se conocería en España como La Movida[3] (en esta ocasión con bandas ibéricas y músicos españoles y argentinos como Gabinete Caligari, Mermelada, Tequila, Mecano, Olé-Olé, La Unión, Radio Futura o solistas como Miguel Ríos y Roque Narvaja, entre otros).
[7] En abril de 1980 retorna brevemente a Argentina para presentar su disco y realiza tres recitales en el estadio Obras.
Tiempo después edita Señor Rock presente, que obtiene poca repercusión mediática (ya que en aquel momento, y tras La Movida y la new wave, comenzaban a irrumpir otras tendencias, más ochenteras, relacionadas con el nuevo pop de aquella década).
Su siguiente disco llegaría de la mano del conocido productor Jorge Álvarez, quien produce Sur y Después en 1995.
El 24 de julio del año 2011 y ante una audiencia que llenó el Teatro Auditorium de Mar del Plata, Moris junto a Antonio Birabent, su hijo, actor y cantante, estrenaron su espectáculo basado en el disco que grabaron juntos: Familia Canción, un álbum con diez canciones nuevas, compuestas y musicalizadas por ambos.