Fue discípulo de compositores como Lluís Maria Millet, Enrique Morera, Jaume Pahissa o Eduard Toldrá.
En sus inicios se considera nacionalista, muy influida por el dodecafonismo y el wagnerianismo que triunfaban en la escena musical catalana (Sinfonía mediterránea, 1949).
Le siguió una época con influencias de la música antillana (Cinco canciones negras, 1945, y Cuarteto indiano, 1952).
A continuación, entabló relación con compositores franceses como Olivier Messiaen y Georges Auric, los cuales le influyeron decisivamente en su obra, que se adentró en una etapa caracterizada por la politonalidad libre (Partida, 1958).
Fue nominado al Premio Goya a la mejor música original por la película Dragon Rapide (1986).