Monasterio de Santa María de Rioseco

[4]​ Pero no les gusta vivir en Montes de Oca, motivo por el que en los años siguientes fueron adquiriendo -bien mediante donaciones o mediante compras- terrenos en el Valle de Manzanedo.

[2]​ Por ello en 1204, los monjes se mudan a localidad de Rioseco, sin comunicárselo al Capítulo General y con el desagrado del rey.

Con la compra del terreno a los Velasco, la disculpa de una inundación que «destruyó» el monasterio primitivo y el beneplácito, esta vez, del Capítulo General, se trasladaron en 1236 definitivamente al que sería su último y definitivo emplazamiento.

Fuera del convento se encontraban las familias que trabajaban en las granjas, ventas, molinos, y batanes.

[8]​ Su cabaña ganadera llegó a contar con 2000 cabezas de ovejas y en el Catastro de Ensenada se recoge que en su coto redondo había 200 carneros, 16 vacas, 70 cabras, 31 chivos y 12 cerdos.

Años después, Francisco Arquiaga, comisario provincial de la subasta se quedó con él por el precio de salida, al no haber interés entre el público en adquirir este inmueble, pues, debido a las vicisitudes de los últimos años, se encontraba ya en ruinas.

Es difícil precisar las etapas constructivas del monasterio de Rioseco, porque ha sufrido constantes remodelaciones y, sobre todo, por el estado de degradación y ruina en el que se encuentra sumido.

La arquitectura cisterciense se caracterizaba por la sobriedad ornamental, evidente en los canecillos del lado norte de la iglesia, que se decoran con motivos geométricos y en los capiteles de las columnas con sencillos motivos vegetales.

[11]​ 3.- Etapa barroca, que comienza al iniciarse el siglo XVII, prolongándose hasta la centuria siguiente.

En el claustro se realiza la dependencia cubierta con bóveda de terceletes identificado como cilla.

La primitiva cabecera gótica poseía tres ventanales apuntados, que fueron cegados posteriormente, aunque apreciamos su tracería.

La obra fue rematada en 1663 por los canteros Andrés Prieto, Cagigal, Lastras y sobre todo Pedro Sáinz.

Al sur del refectorio del que no queda nada y al oeste de arquerías de estas dos últimas pandas son las que han sufrido un deterioro mayor.

En los monasterios cistercienses solía estar situada en el lado oeste —como ocurre en Rioseco—.

En el intradós del arco que precede a la bóveda encontramos una fecha —1663—, que habla de su terminación definitiva o bien de una remodelación en la segunda mitad del siglo XVII.

Actualmente el colectivo de voluntarios "Salvemos Rioseco" continúan consolidando y recuperando este monasterio cisterciense.

Este colectivo ha publicado el libro Santa María de Rioseco.

Además, durante los meses estivales se organizan "«Jornadas de puertas abiertas»" para conocer el trabajo de los voluntarios y poner en valor este bello edificio del siglo XIII.

En julio— todos los días, esto es: laborables, festivos y fines de semana.

El resto del año solo se realizan acompañamientos a grupos de 10 personas.

Para concertar un voluntario se puede enviar una solicitud a los voluntarios a través de su página web, indicando día, hora y número de interesados, también se puede solicitar información enviando un WhatsApp o llamando al teléfono 681 682 680.

Altar de la iglesia de Santa María de Rioseco tras la reforma efectuada en la Semana del Voluntariado en 2011
Policromía del interior de la iglesia de Santa María de Rioseco
Escalera sin alma
Parte del claustro del monasterio Santa María de Rioseco tras la semana del voluntariado de 2012
Claustro
Detalle del claustro