Actualmente de esta localidad apenas quedan restos físicos, localizables en la vega que hay entre el monasterio y el Cerro del Vidrio.Este, sin embargo, fue decayendo con el transcurso del tiempo, hasta acabar por desaparecer definitivamente en el siglo xviii.Tras la marcha de los frailes franciscanos el edificio pasó a manos particulares, habiendo contado desde entonces con diversos propietarios.A partir de ese momento se levantaron grandes cortijos en las inmediaciones.En Montijo, por ejemplo, intervienen en el siglo xviii en los sermones de diversas festividades (Ntra.El empleo de la pizarra como material autóctono confiere a la edificación unas características singulares especialmente atractivas por resultar una solución poco común.El monasterio se articula formalmente de acuerdo con el modelo habitual de las fundaciones franciscanas, constituyendo un complejo donde se unifican capilla, claustro, estancias y otras dependencias auxiliares y anejas.El segundo piso del claustro está formado por una segunda galería, compuesta por igual número de arcos que la inferior, si bien los mismos fueron tapiados en cierto momento, quedando solo, en algunos, pequeñas ventanas para iluminación de las celdas dispuestas aprovechando su corredor.En el centro del patio aún era visible en 1988 un pozo con brocal cuadrado, actualmente desaparecido.Adosada directamente al claustro por el costado septentrional se encuentra la capilla del monasterio.Entre los dos centrales, y bajo un amplio arco, se abre el acceso a la capilla desde el exterior.Así, gran parte de la construcción ha perdido las bóvedas, en tanto que en muchos lugares los muros se han derrumbado.