En la década de los años treinta, hubo casos en los que aeronaves diseñadas para necesidades civiles finalmente adquirieron una especialización militar.A menudo aviones diseñados para el transporte de pasajeros fueron convertidos posteriormente en bombarderos.[1] También hubo un proceso inverso, cuando los bombarderos se convirtieron en vehículos de transporte y civiles.La experiencia del ejército imperial japonés se mantuvo algo aparte en este sentido.La aparición y entrada en servicio en 1937 de su entonces más moderno bombardero bimotor Mitsubishi Ki-21, que en ese momento tenía un diseño muy avanzado y buenos datos de vuelo, atrajo a las aerolíneas civiles, principalmente a la estatal Daï Nippon Kôkû K.K.El motivo, fue el separar del fuselaje el larguero principal de la sección central que lo atravesaba.[6] También, se entregaron diez MC-20 a la aerolínea del estado títere de Manchukuo Manshū Kōkū K.K.La primera unidad en recibir varios ejemplares fue el 25.º Hikodan Shireibu Hikohan (25.º Grupo Aéreo del Cuartel General).La nueva versión Ki-57-II, cuya producción comenzó en enero de 1942, repitió conceptualmente todos los cambios implementados en el bombardero Ki-21-II.Los Ki-57 fueron utilizados en casi todos los lugares en donde el ejército japonés se vio implicado, desde Birmania y las Indias Orientales Neerlandesas en el sur hasta las Islas Kuriles en el norte.[1] Posteriormente, muchos Ki-57 que quedaron en diferentes lugares de los territorios invadidos por el ejército japonés, fueron operados por franceses, holandeses e indonesios.