Su creador fue Carl Norden, un ingeniero holandés educado en Suiza y que emigró a los Estados Unidos en 1904.
Trabajó en la Sperry Corporation diseñando miras, antes de fundar su propia compañía.
La mira Norden consistía en dos partes principales, el estabilizador y el cabezal de puntería.
Ya que el avión no tenía información sobre la velocidad del viento, el blanco de prueba se movería a la deriva en el ocular mientras el avión se alejaba de este.
Una vez que la mira estaba preparada y el avión se hallaba en el tramo final de acercamiento, el sistema era encendido y tomaba control del piloto automático del avión.
En el momento adecuado, soltaría automáticamente las bombas; el avión se movía a más de 30 metros por segundo, haciendo que hasta las más pequeñas interrupciones en la sincronización afecten dramáticamente la puntería (un problema común dentro del Bomber Command).
En el frente europeo, los estadounidenses introdujeron un Equipo de Control del Vuelo Automático (ECVA) y un sistema de radar llamado H2X ("Mickey"), que eran empleados junto a la mira Norden.
Los aviones habían demostrado su viabilidad como arma antibuque, pero atacar un barco en movimiento era una operación difícil.
En la práctica, la mira Norden jamás llegó a obtener impactos precisos, como aquellos de la cual era teóricamente capaz.
La RAF fue la primera en emplear el B-17 en combate, reportando resultados sumamente pobres y en algún momento convirtiendo sus aviones para otras misiones.
Diversos factores han sido mencionados para explicar el pobre desempeño de la mira Norden.
Esto sugiere que la mayor parte del problema es atribuible al bombardero.
Sobre Japón, las tripulaciones de los bombarderos rápidamente descubrieron fuertes vientos a gran altitud, los llamados jet streams, pero la Mira Norden funcionaba solamente con velocidades de viento que tuvieran una variación mínima.
Como aparato mecánico, la Mira Norden empleaba una maquinaria compleja que consistía en varios engranajes y rodamientos, los cuales eran proclives a causar imprecisiones si no recibían un mantenimiento adecuado.
De hecho, varias miras fueron enviadas al frente sin haber sido probadas con anterioridad.
Herman W. Lang había sido un empleado de la Carl L. Norden Company.
Las miras en los aviones más antiguos, como el B-29 y el posterior B-50, se dejaron en su estado de guerra.