[2] El 22 de septiembre se organizó la estructura orgánica del nuevo departamento ministerial.
[3] Transcurrido el tiempo este Ministerio se convirtió en un gigante burocrático,[4] prácticamente cerrado a la sociedad y el país que iban evolucionando progresivamente.
[5] Cada año que transcurría se convirtió en un organismo lento, sin siquiera un criterio administrativo normalizado y unificado debido a las contradicciones internas de sus distintos departamentos y las múltiples competencias que cada uno de ellos tenían.
[6] La ineficacia administrativa llegó al punto de que en ocasiones los departamentos del Ministerio encontraban problemas para coordinar a las Regiones Militares unas con otras.
[6] Se convertía así en el exponente de una oficina burocrática donde era posible obtener algún puesto o cargos administrativos en función a los servicios prestados al régimen,[7] o al nepotismo rampante que imperaba en el seno del Ejército.