Liderados por el «almirante Negro», João Cândido Felisberto, los amotinados amenazaron con bombardear la capital brasileña, Río de Janeiro, si no se atendía a sus demandas.
Cuando Brasil entró en la Primera Guerra Mundial en 1917, la Royal Navy declinó el ofrecimiento brasileño de que el Minas Geraes operara junto a su Gran Flota porque para entonces el buque estaba anticuado.
Su gemelo São Paulo fue modernizado en Estados Unidos en 1920 y un año después le tocó al Minas Geraes.
El São Paulo bombardeó el fuerte de los rebeldes y estos se rindieron; el Minas Geraes no abrió fuego.
En 1924 un nuevo motín se hizo con control del São Paulo, pero no consiguieron convencer a la tripulación del Minas Geraes ni la de otros barcos de la marina para que se unieran a su causa, por lo que esta vez no tuvieron éxito.