[1] Pertenece a San Román de Campezo, municipio en que recayeron los terrenos propios del citado despoblado.
En esa época, el asfalto es cada vez más empleado para componer el pavimento de las calles.
Poco después, en 1856, la mina fue adquirida por Francisco Valencia, en cuya familia se mantuvo hasta 1916.
A pesar de las gestiones realizadas al respecto, este "tranvía aéreo" no pudo completarse, aunque sí que fue edificado el citado almacén, que sería bautizado con el nombre de 'Santa Cristína'.
Por lo que respecta al transporte del asfalto desde la mina hasta este lugar de almacenaje, las investigaciones apuntan a que durante este período se siguió empleando el tradicional sistema de mulas.
Fue por entonces que se construyó una nueva fábrica para la transformación del material asfáltico en Antoñana.
Tercero, la piedra asfáltica y la arena aprovechable se amontonaba hasta que hubiera una cantidad suficiente para iniciar su transporte, éste era el cuarto paso.