Ambos padres vivieron sus primeros años como miembros de familias imperiales gobernantes que fueron depuestos antes de llegar a la edad adulta,[1] dejándolos adaptarse a la vida en circunstancias difíciles, en el exilio o bajo vigilancia, y en ocasiones huyendo de sus naciones ancestrales.
[2] El Kaiser vivía en Holanda expulsado de Alemania cuando nació Miguel.
Sin embargo, cuando tenía diez años, tanto su bisabuelo como su abuelo habían muerto, dejando a su padre como el Hohenzollern pater familias, a quien los monárquicos alemanes reconocieron como su legítimo emperador y rey.
Estudió en Friburgo y trabajó más tarde para varias corporaciones multinacionales.
[6] Dos años más tarde, su viuda Brigitte se suicidó.