Era asmático y desde su juventud tuvo graves dificultades para respirar.
El Gran Duque no podía vivir en el norte de Europa y tuvo que hacerlo a orillas del Mar Mediterráneo, donde gracias al clima templado podía hacer frente a su enfermedad.
Su muerte estuvo envuelta en un halo de incertidumbre, pues aunque se informó al principio que se había suicidado arrojándose desde lo alto de la terraza de su magnífica villa de Cannes, Villa Wenden,[1][2][3] según el informe oficial, el Gran Duque se encontraba en el jardín cuando comenzó a sentir dificultades respiratorias.
[4] Fue sucedido por su hijo Federico Francisco IV, quien sería el último Gran Duque de Mecklemburgo-Schwerin a pesar de que el duque Juan Alberto de Mecklemburgo-Schwerin actuó como regente hasta que Federico Francisco IV alcanzó la mayoría de edad.
[5] Fruto de este matrimonio nacieron tres hijos:[5] Recibió las siguientes órdenes y condecoraciones:[6][7]