Posteriormente viajó nuevamente a las Indias para enlistarse al servicio de la Corona española.
Posteriormente, el batallón estaría al mando del mariscal Pablo Morillo, cuando los franceses fueron expulsados de la península ibérica.
Posteriormente pasan a Trujillo donde las compañías 5.ª y 6.ª, que se hallaban en cuadro, completan sus filas con reclutas peruanos.
Más tarde, tras el desembarco en Perú en 1820, de la expedición libertadora del general José de San Martín, crecía la desconfianza del ejército español hacía el virrey Pezuela, al ritmo que también crecía la infiltración revolucionaria hábilmente dirigida por agentes como López Aldana, Joaquín Campino, Rosa Campuzano y Manuela Sáenz, quienes buscaban atraer al "Numancia", íntegramente formado por venezolanos y peruanos, a la causa independentista.
[2] Febres Cordero, Urdaneta y Letamendi, conocieron a varios adeptos con la causa independentista.
Le decreto honores fúnebres el gobierno peruano y fue sepultado en el Cementerio Presbítero Matías Maestro.