Miguel de Ambiela

Hay indicios significativos de que aquí siguió la carrera eclesiástica y se perfeccionó en la música, entrando como infante de sacristía y siendo tiple hasta 1685.

No obtuvo la plaza ninguno de los dos, por lo que el Cabildo envió cartas a Barcelona, Zaragoza y Barbastro pidiendo que le fuesen procurados maestros y organista.

No hubo oposición, sino que, tal y como sucedía en algunas catedrales de importancia, el Cabildo buscaba al más idóneo en los puestos de prestigio.

En esa ciudad, Ambiela ingreso como cofrade de la parroquia de los santos Justo y Pastor, cofradía integrada casi en su totalidad por artistas músicos de la catedral primada y que tenía una doble finalidad: religiosa y económica.

En cuanto a las obras para solo, entre todas las que se han encontrado solo hay un ejemplo de este estilo: el de la obra titulada Dulcísimo amor, aria al Santísimo Sacramento para tenor, violín y arpa.

Participó en la polémica Valls-Martínez (que duró de 1715 a 1720) con el folleto Disceptación música publicado en 1717.

La polémica había sido causada por el maestro Valls, que había llevado sus innovaciones demasiado lejos según algunos compositores, lo que dividió a los compositores españoles claramente en dos grupos, a favor y en contra.

No conocemos otras obras o manifestaciones del maestro Ambiela en el campo teórico; sin duda, su mayor relevancia hay que concretarla en el campo práctico, en ese puesto privilegiado que suponía el magisterio de Toledo; sin embargo, la Disceptación música sirve para situarlo más en vanguardia que a otros grandes compositores del momento.