La migración planetaria es un fenómeno astronómico que ocurre cuando un planeta interactúa con un disco de gas o con planetesimales, produciendo la alteración de los parámetros orbitales del planeta, sobre todo su semieje mayor.
También se ha clarificado que los planetas de masa terrestre pueden estar sujetos a una migración interior rápida si ellos se forman mientras el disco de gas todavía está presente.
Durante la fase tardía de la formación del sistema planetario, ya todo el gas ha sido absorbido y solo quedan grandes protoplanetas y planetesimales ambos actuando gravitatoriamente de una manera caótica.
Ello causa muchos choques y el crecimiento de los planetas por fusión.
Este par altera el momento angular de la órbita del planeta, dando como resultado una variación de los elementos orbitales, como el eje semi-mayor (pero todos los elementos orbitales pueden verse afectados).
Un aumento en el tiempo del eje semi-mayor conduce a la migración hacia fuera, es decir, lejos de la estrella, mientras que el comportamiento opuesto conduce a la migración hacia adentro.
El planeta recién formado abre un hueco en el disco limpiando su órbita con lo que pone un freno a su crecimiento.
La entrada de gas impide que la migración hacia el interior se pare.
En este régimen de migración, los planetas interactúan con los vórtices a gran escala dentro del disco.
Más recientemente, los torques que impulsan este modo de migración se asociaron al gas atrapado en las regiones de libración y que se mueve radialmente con el planeta.
En este escenario, los pares surgen de una asimetría de densidad entre el gas en el lado delantero y el lado posterior del planeta, que se desarrolla en respuesta al movimiento radial del planeta.
[3][2] Otro posible mecanismo que puede mover los planetas a través de grandes radios orbitales es la dispersión gravitatoria por planetas más grandes o, en un disco protoplantetario, la dispersión gravitacional por sobredensidades en el líquido del disco.
Cuando está cerca de la estrella, el planeta pierde impulso angular causando que su órbita se contraiga.
La órbita del planeta también puede volverse retrógrada debido a este proceso.
En los sistemas planetarios múltiples, los otros planetas pueden actuar como sumideros o fuentes.
Pero como todos sabemos, los planetas gigantes se encuentran en nuestro sistema solar lejos del Sol y según los modelos de formación es imposible que se puedan formar cerca de sus estrellas.
La cuestión es saber cómo se logra frenar este proceso para evitar que el planeta sea engullido por su sol.
El test del litio-6 para la migración planetaria y su primer resultado positivo en la estrella HD 82943 que contiene dos planetas gigantes en órbitas bastante excéntricas fue publicado en la revista Nature.
Esta estrella posee dos planetas gigantes con órbitas excéntricas, una posible indicación de que pudieron existir complicadas interacciones gravitatorias en el pasado.
El hecho que se puedan reproducir muchas de las características del sistema solar hace que sea aceptada ampliamente como el modelo actual más real de la evolución inicial del sistema solar, aunque todavía no es aceptata por todos los científicos planetarios.