Una mañana reciben una carta con una oferta para que Jacinto toree esa misma noche en una charlotada por 1500 pesetas, una pequeña fortuna para la España de la postguerra, pero no tienen las trescientas pesetas que cuesta alquilar el traje de luces y solo les queda un día para conseguirlas.
Cuando todo parece perdido Pepote consigue apiadar al sastre con sus llantos y su sonrisa angelical para que les preste el traje de torear.
Pero pese a todos sus intentos la lluvia arruina su actuación, por lo tanto sale derrotado de la plaza y con el pesar de tener que presentarse frente a Pepote y ver la decepción en su cara.
Pero el niño no ha presenciado su fracaso porque había salido de la plaza nada más empezar a llover; por lo que cuando Pepote le pregunta, Jacinto oculta la verdad alardeando de pases toreros y estocada final.
La película se filmó en Madrid en diversos lugares como El Rastro, el metro madrileño o la plaza de Las Ventas.