Las sondas son de pequeño tamaño (unos 20 kg) por lo que se pretende fabricarlas en grandes cantidades.
Unos dos o tres semanas después del aterrizaje, una vez comprobado el estado de las sondas, comenzarán las operaciones rutinarias.
El objetivo es que los MetNet estén funcionando durante dos años marcianos; si la misión termina ese plazo con éxito se plantea la posibilidad de extenderla por otros dos.
Las estaciones de aterrizaje se comunicarán con el orbitador cada unos pocos días y este retransmitirá la información a la Tierra.
Durante la fase de descenso la sonda tomará datos mediante instrumentos dispuestos en su parte exterior.