Las comidas se componen de uno o más tiempos,[1] que a su vez se componen de uno o más platos.
Aunque también pueden existir más tiempos, por ejemplo, el aperitivo (como su nombre indica, el «que abre el apetito»), el entremés (entre plato y plato), y múltiples variantes en cada gastronomía del mundo: el antipasti italiano, el amuse-bouche francés, el kaiseki japonés...
También se pueden incluir más de un plato en un mismo tiempo (por ejemplo, con guarniciones), o al revés, un único plato combinado que hace las veces de primer, segundo y tercer tiempo en conjunto.
Los tiempos variarán en número, complejidad del plato, estilo culinario, densidad nutricional y sabor dependiendo de la cultura donde se realice la comida.
[2] En el menú tradicional europeo de las cinco comidas del día, el desayuno, el brunch y la merienda generalmente son comidas de un solo tiempo, mientras que el almuerzo y la cena son comidas de dos a tres tiempos.