Su familia tenía una posición acomodada y se encontraba muy ligada a la Iglesia, con familiares en altos cargos eclesiásticos.Es aquí donde conoció y trabó amistad con Esteban Pongracz de Hungría, quien era estudiante en un curso superior.Contaba con una guarnición formada por mercenarios polacos y bohemios del gobierno imperial, bajo el mando de András Dócsy.Los tres sacerdotes católicos de la ciudad, Melchor Grodziecki, Esteban Pongracz y Marcos Krizevcanin, fueron tomados prisioneros.[5][3] Jorge Rákóczy I les negó la sepultura y sus cuerpos fueron soterrados cerca de los muros del palacio.[8] Las autoridades protestantes manifestaron su molestia ante la canonización de los sacerdotes, porque se rescata la historia en forma parcial, ya que ambos bandos cometieron atrocidades durante la guerra.Reflejaron su malestar conmemorando, durante la visita episcopal, a los 24 mártires protestantes muertos en Presov en 1684 por tropas católicas.Juan Pablo II, en un gesto conciliador, alabó a los mártires protestantes durante la homilía de canonización.
Iglesia premonstratense en Košice. Su construcción fue promovida por las damas de la familia Racokzy, para expiar la muerte de los sacerdotes.
Placa conmemorativa de la canonización de los mártires de Košice.