Se calcula que Melanípides alcanzó la fama a mediados del siglo V.
p. 1141, c.) y que Diágoras de Melos, contemporáneo del poeta cómico Ferécrates y mayor que Filóxeno de Citera, a quien compró como esclavo y al que enseñó el arte del ditirambo.
[1] Jenofonte da fe de su reputación como poeta al hacer que Aristodemo, discípulo de Sócrates, le asigne el primer lugar entre los poetas ditirámbicos, junto a Homero, Sófocles, Policleto y Zeuxis, como maestros de sus respectivas artes (Xenoph.
Por su parte, Plutarco lo menciona junto a Simónides y Eurípides como uno de los maestros musicales más reputados (Non poss.
Según Aristóteles, Melanípides abandonó la responsión de estrofa y antiestrofa e introdujo en lugar de antiestrofas largos preludios (anabolaí) en los que se perdía la unión de música y letra, considerada hasta entonces esencial (Aristot.
[2] Según la Suda, Melanípides escribió canciones líricas y ditirambos.
Se conservan varios versos de sus poemas, y los siguientes títulos: Marsias, Perséfone, Las Danaides.
Francisco Rodríguez Adrados traduce los fragmentos de Melanípides en su Lírica griega arcaica (poemas corales y monódicos, 700-300 a. C.), pp.