Hoy en día se le reconoce como un gran rey de esa zona, encontrándose códices y figuras que cuentan su historia.
Al ser incapaz el Joven de prevalecer militarmente, su padre y Maxixcatzin le ordenaron hacer la paz.
[6] Tanto Luisa como Velázquez murieron durante la Noche Triste, antes de la cual Maxixcatzin había propuesto al intendente español en Tlaxcala, Juan Páez, marchar con un ejército tlaxcalteca para socorrer a Cortés y a los suyos mientras se hallaban sitiados en Tenochtitlan.
Páez no se atrevió a actuar al no tener órdenes de Cortés ni creer que sería necesario, pero el conquistador extremeño, al regresar a Tlaxcala, le degradó inmediatamente por su falta de iniciativa, haciendo notar cuántos españoles habrían podido salvar sus vidas.
[12] Cortés y sus capitanes llevaron luto en su honor, en palabras propias como si el finado hubiera sido su propio padre, tras lo que Cortés aseguró el ascenso al trono del heredero de Maxixcatzin, su hijo Maxixcatl, más tarde bautizado como Lorenzo, en la sucesión de Ocotelulco.