Inicialmente destinado a la carrera eclesiástica como su hermano Giovan Carlo, no obstante no mostró un gran interés por ella, a los 16 años colgó los hábitos para seguir la carrera militar.
El príncipe llegó a la ciudad el 26 de agosto estableciéndose en el entonces palacio Petrucci en la Piazza del Duomo, pero lo abandonó en 1631 para acompañar a Austria a su madre y a su hermano Francisco: junto a este último, por orden del gran duque, combatió al lado de los Habsburgo en la tercera fase de la Guerra de los Treinta Años.
Permaneció en Alemania hasta 1641, año en el volvió a Siena, donde, durante su ausencia, le había sustituido en el gobierno ciudadano su hermano Leopoldo.
Retornó definitivamente a la ciudad toscana en 1644, donde permaneció hasta su muerte.
No se casó nunca y en los últimos años de su vida, enfermo de gota, meditó volver al estamento eclesiástico.