Batalla de Lützen (1632)

Es conocida principalmente porque en ella murió el rey Gustavo II Adolfo de Suecia.

[4]​ No obstante, estos príncipes no eran confiables, era un secreto a voces que el elector Juan Jorge de Sajonia, el más importante de los aliados suecos, estaba negociando una paz separada con el emperador Fernando de Habsburgo, siempre y cuando obtuviese concesiones atractivas;[5]​ esta actitud podía aplicarse a muchos otros príncipes germanos, quienes veían la intervención sueca como una oportunidad para apoderarse de territorios y fortalecer sus dinastías.

[8]​ Con tropas desmoralizadas y desorganizadas, el Conde de Tilly se tuvo que replegar a Baviera, conservando unos puestos en Westfalia.

Wallenstein respondió dirigiéndose al norte, hacia Bohemia y Silesia, expulsando a los sajones, para luego reunirse con el duque Maximiliano en Eger, en la frontera bávaro-bohemia.

Gustavo Adolfo temió entonces por la fidelidad del elector Juan Jorge, cuyos territorios ahora estaban expuestos, por lo que se dirigió a Núremberg, donde se atrincheró el 16 de junio con 18.000 soldados, a la espera de refuerzos.

[11]​ En agosto, Wallenstein envió un destacamento de 10.000 hombres hacia Sajonia, forzando a los suecos a salir de la ciudad para defender a su aliado el 1 de septiembre; aparentemente el rey sueco pensaba que los imperialistas se estaban retirando, pero como este no era el caso, se inició entonces la batalla del Alte Veste.

[13]​ Mientras tanto, en Sajonia, fuerzas imperiales al mando de Gottfried von Pappenheim tomaban Leipzig, la capital del Electorado.

Creó un sistema de defensa, con la derecha protegida por la ciudad y el castillo.

[14]​ La caballería formó en los flancos y desplegó una pequeña reserva montada en el centro, detrás de la primera línea.

Los suecos intentaron sacar a los imperiales de sus posiciones defensivas con una falsa retirada, pero Wallenstein no cayó en la trampa.

Los suecos, conducidos por su rey, avanzaron al galope produciéndose un violento choque contra las fuerzas de Holk en torno a las trincheras.

Wallenstein había hecho prender hogueras cuyo humo molestaba a los sajones[16]​ y, para empeorar más las cosas, la niebla regresó ocultando el ataque de la caballería croata de Wallenstein.

Al ir en cabeza resultaba un blanco demasiado atractivo: una bala de mosquete le hirió el brazo izquierdo, otra impactó contra su caballo, que se encabritó, y llevó al monarca lejos de su escolta, hacia las filas enemigas.

Derribado y gravemente herido, recibió otro disparo en la cabeza que le causó la muerte.

El centro imperial empezó a huir y Sajonia-Weimar pudo tomar la batería formada entre los molinos fortificados.

Cuando llegó la noche, las fuerzas imperiales pudieron retirarse a Leipzig, dejando atrás artillería y víveres.

Disposición de las tropas en el campo de batalla.
Albrecht von Wallenstein.