Sin embargo, a nivel de planeación y ejecución, era precario el avance.
En el año 2004 finalmente empieza la construcción y adecuación de los corredores troncales del sistema.
Estas obras marcaron el agravamiento del caos vehicular en la ciudad, pues siendo la Carrera Primera una vía tan importante, el plan de desvíos previsto por Metrocali era demasiado improvisado y no daba abasto.
Entre tanto, empezaron las obras sobre la calle Quinta, entre las carreras 10 y 50, tradicional corazón de la ciudad que se extiende verticalmente desde el centro hasta el sur de la ciudad.
Estas obras fueron aún más traumáticas para la sociedad, con otro plan de desvíos insuficiente y con limitadas vías alternas, las cuales colapsaron irremediablemente.
[4] La tarjeta personalizada permite realizar lo que Metrocali denomina Integración virtual; debido a que para casi todos los recorridos se debe abordar más de un bus y en muchos casos para pasar de un bus a otro se debe hacer por fuera de las estaciones, es necesario validar el pasaje pasando la tarjeta por el lector nuevamente.
Son de carrocería Busscar, Marcopolo y BYD para los eléctricos.
Transitan principalmente por las vías troncales, y se detienen en las estaciones ubicadas sobre estas.
Por esta razón se presentó una demanda contra Metrocali por no ofrecer accesibilidad completa.
Difieren de los buses padrones y articulados en que no cuentan con aire acondicionado, y que no paran en los vagones de las estaciones, sino en una bahía destinada para ellos.
Tras esto, el usuario cuenta con un tiempo limitado para ingresar a una estación sin que se le descuente un nuevo pasaje.
Igualmente, cuando la persona sale de la estación, cuenta con un tiempo limitado para ingresar a un complementario.
Estos buses también presentaban un problema para las personas con movilidad reducida, por lo que la nueva flota también tiene la característica del sistema de elevador y se distingue por su tablero luminoso de color azul.