Durante el transcurso de las elecciones, se suscitaron diversas irregularidades en las casillas electorales.
Además, se desplegó un importante contingente militar en todo el país, ante el temor de un levantamiento armado.
Antes de conocerse los resultados oficiales, los principales periódicos del país anunciaron como triunfador al candidato priista, Adolfo Ruiz Cortines.
Durante la reunión, se produjo un incidente en el que un infiltrado disparó contra el jefe de granaderos, hiriéndolo en la cabeza.
La represión causó la muerte de entre 200 a 500 personas, cuyos cuerpos fueron incinerados en el Campo Militar Número 1.