La policía montada se puede emplear para tareas especializadas que van desde la vigilancia de parques y áreas naturales, donde los vehículos policiales no serían prácticos o ruidosos, en disturbios, donde el caballo sirve para intimidar con su mayor tamaño a aquellos a los que se desea dispersar, o pueden ser enviados para detener delincuentes de entre la multitud.
Por ejemplo, en el Reino Unido la policía montada se observa con mayor frecuencia en los partidos de fútbol, aunque también son un espectáculo común en las calles de muchos pueblos y ciudades como una presencia policial visible en la disuasión del delito en el día y durante la noche.
Algunas unidades de la Policía Montada se capacitan en la búsqueda y rescate debido a la capacidad del caballo para viajar por donde los vehículos no pueden hacerlo.
En Estados Unidos las patrullas montadas siguen siendo esenciales para las operaciones locales en la aplicación de la ley.
En Arizona estos animales son alimentados con piensos especiales o pellets elaborados para que sus desechos no se propaguen a las plantas no nativas de los parques nacionales y de las áreas silvestres que patrullan.