Masacre de Las Dos Erres

En este sitio de La Libertad dio permiso a repartir 100 caballerías[Nota 1]​ de tierras fiscales a Federico Aquino Ruano y Marcos Reyes, para repartirlas en lotes de una, dos y cinco caballerías a quienes lo solicitaran.

Tras registrar la aldea e interrogar a los hombres, no se encontraron armas ni propaganda.

En este momento, varios militares comenzaron a violar a las jóvenes que se encontraban encerradas, muchas de ellas menores de edad.

Durante la noche del 6 al 7 de diciembre, las mujeres que aún se encontraban prisioneras fueron nuevamente violadas y torturadas.

Se provocó también el aborto a golpes de varias embarazadas.

Tras estos los cadáveres fueron arrojados al pozo y el mismo se cubrió con tierra, aunque los militares escucharon gritos de heridos que aun seguían con vida en el pozo.

El 8 de diciembre llegó a Las Dos Erres un pequeño grupo de civiles, a los que se les permitió entrar en el poblado y posteriormente fueron ejecutados.

Solo en el pozo del pueblo (excavado originalmente por los pobladores para sacar agua), el equipo encontró los huesos de al menos 162 personas.

[8]​ En 1996, FAMDEGUA presentó el caso ante la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos).

[8]​ En 2009, Amnistía Internacional llega a la conclusión que “ningún alto mando ni autoridad ha comparecido ante la justicia por su papel a la hora de ordenar, planificar o ejecutar las violaciones de derechos humanos generalizadas y sistemáticas que tuvieron lugar en Guatemala.