El crimen fue el resultado de una alianza entre paramilitares, narcotraficantes y miembros del Ejército Nacional.
[5] Dicha comisión avanzaba en dos jeeps Toyota Land Cruiser por la vereda La Rochela, en el municipio de Simacota, cuando fueron parados por hombres uniformados con prendas militares, entre ellos alias "Vladimir", haciéndose pasar por guerrilleros de las FARC-EP, interceptaron la caravana y engañaron a la comisión haciéndoles creer que darían su cooperación para las pesquisas.
Después de cometer la masacre, los sicarios procedieron a grafitear los vehículos baleados con eslóganes anti-paramiitares, buscando culpar a la guerrilla por estos hechos, y abandonaron los cuerpos en la mitad de la carretera.
El líder de la UP Bernardo Jaramillo, señaló en su columna del Semanario Voz, que "Los militares se habían hecho los de la vista gorda", frente a este hecho, por lo cual la masacre fue fácilmente perpetrada por el comando armado.
Alias el 'Negro Vladimir' fue capturado en un operativo realizado por la Policía de Antioquia, al mando del coronel Valdemar Franklin Quintero.
[7] En las investigaciones estaban involucrados los siguientes generales: Farouk Yanine Díaz,[8] Juan Salcedo Lora, Carlos Julio Gil y Alfonso Vacca; así como un excongresista, Tiberio Villarreal Ramos.
Tras ejecutar la masacre, los sicarios escondieron sus armas en la base militar de Campo Capote.