Dos días más tarde, tras haber sido asustados por rumores de atrocidades chinas, otros grupos étnicos de Batavia comenzaron a quemar los hogares chinos a lo largo del río Besar y los soldados neerlandeses lanzaron un asalto con cañones sobre estas viviendas.
La violencia se extendió rápidamente por toda Batavia y más chinos resultaron muertos.
El año siguiente, chinos en toda Java fueron atacados, lo que desató una guerra de dos años que enfrentó a las fuerzas de etnia china y las fuerzas javanesas contra las tropas holandesas.
Posteriormente, Valckenier fue llamado a los Países Bajos, acusado por crímenes relacionados con la masacre; Gustaaf Willem van Imhoff lo reemplazó como gobernador general.
El legado de la masacre en la cultura popular se encuentra en la literatura neerlandesa, en la que ha figurado en gran medida.
Paasman anotó que, en la época, los chinos fueron los «judíos de Asia»,[7] la situación real era más complicada.
[14][15] No obstante, los holandeses establecían el precio del azúcar, lo que a su vez causaba malestar.
[29] El día siguiente, los neerlandeses repelieron un ataque emprendido por hasta 10.000 chinos, liderados por grupos de la cercana Tangerang y Bekasi, en las afueras de la ciudad;[6][30] Raffles escribió que 1.789 chinos murieron en este ataque.
Los holandeses continuaron esta acción con un asalto a los asentamientos chinos en otros lugares en Batavia, en donde quemaron casas y mataron personas.
[Nota 3] Tropas bajo el mando del teniente Hermanus van Suchtelen y del capitán Jan van Oosten, un sobreviviente de Tanah Abang, se estacionaron en el distrito chino: Suchtelen y sus hombres se posicionaron en el mercado, mientras que los hombres de van Oosten se ubicaron a lo largo del canal cercano.
[Nota 4] Durante este período hubo un intenso saqueo[36] e incautación de propiedades.
[Nota 5] Si bien los chinos evacuaron al distrito cercano de Paninggaran, posteriormente fueron expulsados del área por las fuerzas holandesas.
El 25 de octubre, tras casi dos semanas de enfrentamientos menores, 500 chinos armados se acercaron a Cadouwang (actual Angke), pero fueron repelidos por la caballería bajo el mando del Ridmeester Christoffel Moll y los cornetas Daniel Chits y Pieter Donker.
[43] Temerosos del inminente ataque neerlandés, los chinos se retiraron a un ingenio azucarero en Kampung Melayu, a cuatro horas de Salapadjang; esta fortaleza fue capturada por las tropas al mando del capitán Jan George Crummel.
[53] Para 1743, sin embargo, los chinos ya habían retornado a Batavia; varios cientos de comerciantes operaban allí.
[3] Otros chinos liderados por Khe Pandjang[39] huyeron a Java Central, donde atacaron los puestos comerciales neerlandeses y, luego, se les unieron tropas bajo el mando del sultán javanés de Mataram, Pakubuwana II.
Aunque esta sublevación posterior fue aplastada en 1743,[54] los conflictos en Java continuaron casi sin interrupción por los siguientes 17 años.
Una vez en los Países Bajos, van Imhoff convenció al consejo que Valckenier tenía la culpa de la masacre y presentó un extenso discurso titulado "Consideratiën over den tegenwoordigen staat van de Ned.
[57][58] Como resultado del discurso, los cargos contra él y los otros consejeros fueron desestimados.
[63][64] Por el tiempo en que Valckenier recibió la respuesta, van Imhoff ya estaba de camino a los Países Bajos.
Tomando el mando de una flota, Valckenier se dirigió a los Países Bajos.
[60][68] Vermeulen caracteriza la investigación como injusta e impulsada por la indignación popular en los Países Bajos[69] y probablemente esto fue oficialmente reconocido debido a que, en 1760, el hijo de Valckenier, Adriaan Isaäk Valckenier, recibió reparaciones por un total de 725.000 florines.
Comenzó a recuperarse después de que el nuevo gobernador general, van Imhoff, "colonizó" Tangerang.
[74] Raffles escribió en 1830 que los registros históricos están «lejos de ser completos o satisfactorios».
[76] La masacre también podría haber sido un factor en el nombramiento de varias áreas en Yakarta.