En el arte, este episodio ha sido reproducido en numerosas ocasiones siendo conocido como Salomé con la cabeza del Bautista.
Este Herodes, denominado «Antipas», es el mismo que aparece en la pasión de Jesús.
[7] Pero, desde la esperanza en Cristo, su muerte es una victoria: «¿Qué mal le ha causado su final a este hombre justo?
Aprende a comportarte como un cristiano, y no sólo no te causará daño nada, sino que ganarás mejores recompensas»[8] Por contraste, la historia de los constituidos en autoridad es una acumulación de despropósitos que acaban en el asesinato del Bautista: «Danza una joven, su madre siente rebosar crueldad, entre los placeres y lascivias de los comensales se jura temerariamente, e impíamente se cumple lo jurado» [9] La doctrina de la Iglesia enseña que no deben hacerse juramentos con ligereza, pues «la santidad del nombre divino exige no recurrir a Él por motivos fútiles» [10] Mucho menos pueden hacerse juramentos o promesas de orden inmoral y, si se han hecho, no deben cumplirse: «Es malo prometer el reino como recompensa por un baile, es cruel conceder la muerte de un profeta por mantener un juramento» [11][12] Finalmente, el evangelista Lucas anota la suerte última de Juan.
Los otros dos evangelios sinópticos, Mateo y Marcos, hablan de la censura que hizo el Bautista del adulterio de Herodes; Lucas apunta también que Juan denunció «todas las maldades» del tetrarca.
Por este motivo murió violentamente a la edad de treinta y dos años.
Cuando Nuestro Señor ascendió al cielo, fue llevado con Él a la felicidad eterna.
La Iglesia le honra como a un gran Santo, y el 24 de junio celebra su natividad, porque nació sin pecado original.
Escuchad lo que dice Nicéforo: Una vez, en invierno, mientras viajaba y tenía que cruzar a pie un río helado, el hielo se rompió bajo ella, no sin la providencia de Dios.
Esto la hizo bailar y retorcerse con todas las partes inferiores de su cuerpo, no en tierra, sino en el agua.
Este día se observa siempre con estricto ayuno y, en algunas culturas, los piadosos no comen alimentos de un plato plano, no utilizan cuchillo ni comen alimentos redondos en este día.
Antes de morir, la colocó en un recipiente y se la dio a su hermana.
En el año 452, San Juan Bautista se apareció al archimandrita Marcelo de este monasterio y le indicó dónde estaba escondida su cabeza en una tinaja enterrada en la tierra.
Se menciona que sus reliquias fueron honradas allí en el siglo IV.
Otros autores dicen que fue enterrado en el palacio de Herodes en Jerusalén; allí, fue encontrado durante el reinado de Constantino y de allí llevado secretamente a Emesa, en Fenicia, donde fue ocultado, permaneciendo el lugar desconocido durante años, hasta que fue manifestado por una revelación en 453.
A lo largo de los siglos, ha habido muchas discrepancias en las diversas leyendas y reliquias reclamadas en todo el mundo.
Varios lugares diferentes afirman poseer la cabeza cortada de Juan el Bautista.
El teólogo católico alemán, Friedrich Justus Knecht escribió que: San Juan murió mártir de su vocación.
Por este motivo murió violentamente a la edad de treinta y dos años.
Cuando Nuestro Señor ascendió al cielo, fue llevado con Él a la felicidad eterna.
La Iglesia le honra como a un gran Santo, y el 24 de junio celebra su natividad, porque nació sin pecado original.
Escuchad lo que dice Nicéforo: "Una vez, en invierno, mientras viajaba y tenía que cruzar a pie un río helado, el hielo se rompió bajo ella, no sin la providencia de Dios.
Esto la hizo bailar y retorcerse con todas las partes inferiores de su cuerpo, no en tierra, sino en el agua.