Estaba armado con seis cañones de 20 mm montados en las alas, cada uno con 200 disparos de munición, que lo hacían el caza más pesadamente armado existente: para facilitar el mantenimiento, el armamento era muy accesible.
Intentando salvar el avión, realizó un aterrizaje forzoso en un campo, pero golpeó un tocón y resultó muerto".
El operario George Bignall recordó: "Aunque a nadie se le permitía entrar en el hangar, pudimos verlo durante sus pruebas.
Era muy rápido, y el Capitán Baker volaba muy cerca nuestro a veces, sobrevolando la pista muy bajo".
"Bunny" Winter, el administrador de la Cold Harbour Farm, llegó primero al lugar, pero llegamos demasiado tarde para rescatar al Capitán Baker del feroz fuego".
El proyecto fue finalmente abandonado en favor de un diseño enteramente nuevo, que se convertiría en el Martin-Baker M.B.5.