Sus padres se divorciaron y no tuvo otra salida que pasar gran parte de su niñez en la casa de sus abuelos Salomon Buber y Adela Buber, situada en Leópolis (en la actualidad Ucrania).En 1901 empezó a editar una revista de clara tendencia sionista: Die Welt ("El Mundo"), pero a Theodor Herzl no le agradaban para nada las ideas políticas y sociales de Buber, por lo que este tuvo que abandonar la revista.Durante la Primera Guerra Mundial, ayudó a establecer la Comisión Nacional Judía para mejorar la condición de los judíos que vivían en la Europa del Este.En 1916 fundó un periódico mensual: Der Jude ("El Judío"), que solo duró hasta 1924.También trabajó conjuntamente con Franz Rosenzweig para traducir la Biblia hebrea (Antiguo Testamento) al alemán.En 1938 emigró al entonces Mandato británico de Palestina, instalándose en Jerusalén, donde enseñó filosofía social en la Universidad Hebrea de Jerusalén, llegando a ser jefe del Ihud, un movimiento que apoyaba la cooperación entre árabes y judíos.Sionista cultural]], Buber participó activamente en las comunidades judías y educativas de Alemania e Israel.Sin embargo, un año más tarde se involucró con el movimiento judío Hasidic.Buber admiraba cómo las comunidades jasídicas actualizaban su religión en la vida cotidiana y en la cultura.Ahora hace lo que le dicta su voluntad No ve otra cosa"[6] En ese mismo ensayo, Buber establecería un paralelismo entre Herzl y Baal Shem Tov, el fundador del jasidismo, argumentando que ambos buscan reinstaurar al pueblo judío, la diferencia viene en sus enfoques; Herzl afectando al cambio indirectamente a través de la historia mientras que Baal Shem Tov buscaba lograr la mejora directamente a través de la religión."[8] Buber continuó explorando y desarrollando sus puntos de vista sobre el sionismo en estos años.Uno de sus escritos más notables es una carta a un profesor titulada "Conceptos y realidad" en 1916."[13] Buber rechazaba la idea del sionismo como un movimiento nacional más, y en su lugar quería ver la creación de una sociedad ejemplar; una sociedad que no se caracterizara por la dominación judía de los árabes.[14] Según Buber, el derecho sionista a establecer un país en Israel tiene su origen en su antigua y ancestral conexión con la tierra, en el hecho de que los judíos han trabajado para cultivar la tierra en los últimos años, y en la perspectiva de futuro que ofrece un Estado judío como centro cultural para el judaísmo, pero también como modelo para crear una nueva organización social, haciendo referencia al surgimiento de los kibbutzim.Pero el aspecto humano de la vida comienza en el momento en que nos decimos a nosotros mismos: No cometeremos más injusticias con los demás de las que nos vemos obligados a cometer para existir."[19] Según Buber, a medida que los judíos e Israel consiguen ser una "nación normal", se pierde el impulso hacia un renacimiento espiritual y cultural, y la guerra que se libra por la estructura política amenaza con convertirse en una guerra por la supervivencia."[21] Durante este mismo periodo, Buber se mantuvo crítico con muchas políticas y líderes del nuevo gobierno israelí.Solo el camino del amor y de la tolerancia, vivida en todos los ámbitos de la vida humana (en la familia y en las instituciones civiles) permitirá que el hombre se plenifique (Ure, 2001).Esto quiere decir que, a partir del verdadero encuentro intersubjetivo, los seres vinculados en comunicación no deben mentirse con las palabras.Muestra un camino al iniciar un diálogo con el ser que fundamenta la comunicación interhumana.
Martin Buber, Yitzhak Ben Zvi y Leo Herman en Jerusalén (1915).