Antonio Vinent, junto con sus hermanos José y Francisco, hizo fortuna como traficante de esclavos en los años 30 del siglo XIX.
Desarrolló sus actividades como capitán de barcos negreros traficando entre el golfo de Guinea y las posesiones españolas en las Antillas.
Los hermanos Vinent llegaron a establecer una factoría negrera en la isla de Corisco, hasta que la persecución de la marina británica contra el tráfico de esclavos les forzó a abandonar tal actividad.
[1] Antoni Vinent finalizó su carrera de marino en Portugal.
Se estableció en 1844 en Cádiz como banquero y naviero.