Estaba subordinado a este o algún equivalente del Estado Mayor y resumía en sí una parte de la logística y del mando delegado por el Condestable, quien ostentaba la máxima jurisdicción militar.
A imitación de Francia los monarcas de la dinastía Evreux introdujeron en Navarra este título o cargo militar, que durante el siglo XIV parece que tuvo menor empaque que el alférez o jefe supremo del ejército.
Contrariamente a Castilla, en Navarra no se siguió completamente el modelo francés, pues no hubo dos titulares del cargo, simultáneos y equiparados El mariscal, después del alférez o condestable, fue el segundo oficial militar en el reino.
El cargo no era, en principio, realmente vitalicio y había una posibilidad de retirarlo.
[12] Recientemente, en el presbiterio de la iglesia se descubrió esta cripta cuyas sepulturas se consideran, tras las reales existentes en la Catedral de Pamplona, las más importantes.