Mariano Antonio Espinosa

Espinosa regresó a Buenos Aires y fue designado secretario general del arzobispado cuya sede se encontraba vacante.Era reconocido por su austeridad: habitaba un pequeño cuarto anexo a la capilla, donde dormía directamente sobre el suelo.A pesar de ser un erudito del idioma latín, en el que incluso escribía poemas, con la feligresía utilizaba un lenguaje llano que le valió la calificación de cura gaucho y el afecto del vecindario.Sin embargo, al poco tiempo de partir, encontrándose frente al Cabo Corrientes, un temporal desmanteló el navío que a duras penas consiguió regresar a puerto el 17 de ese mes.Una vez finalizada, Espinosa viajó con misioneros salesianos y lazaristas por territorios inexplorados de la Patagonia.A su regreso fue sucesivamente nombrado protonotario apostólico, canónigo y vicario general.Se destacó por construir numerosos templos, capillas y escuelas y por la promoción de los estudios eclesiásticos, obteniendo del gobierno el derecho para que el Seminario otorgara títulos académicos.