Marcos Orozco (f. 1654-1707) fue un presbítero, pintor[1] y grabador barroco español «de mediano gusto e inteligencia en el dibujo», según le definió Ceán Bermúdez.
[3] Obra temprana y de notable complejidad es la portada del Examen Veritatis Theologiae Moralis de Luis de la Concepción, firmada en 1655 como inventor —autor del dibujo— y grabador, en la que aparecen en el centro los descendientes de Adán bajo un dragón que pisa la Inmaculada —de cuya boca sale una espada— con la imagen del Niño Jesús en una orla sobre el vientre.
A los lados, san Juan de Mata y san Félix de Valois con dos beatos trinitarios y, en lo alto, la Santísima Trinidad en tres figuras iguales con San Pedro y San Pablo.
En 1665 colaboró con la publicación de la Vida maravillosa..., de la venerable Marina Escobar, del jesuita Luis de la Puente, para la que proporcionó junto con el retrato de la beata los diseños de portada, con el retrato del autor y los santos Ignacio de Loyola y Francisco Javier grabados por el impresor Francisco Nieto.
Aunque por lo común firmaba sus obras haciendo constar la autoría del diseño tanto como la del grabado, en 1670 se publicaron las Tres últimas Musas Castellanas de Francisco de Quevedo con estampas de Orozco según dibujos proporcionados por Santiago Morán Cisneros y Ceán señala entre sus obras un crucifijo hecho por dibujo de José Jiménez Donoso, con ángeles que tienen en las manos tarjetas e insignias episcopales, impreso en la primera hoja del Sínodo celebrado en Toledo en 1682.