Su padre falleció cuando tenía 4 años y luego su madre se volvería a casar con el señor Heary de Jean.
[1] Luego amplió sus conocimientos en la Universidad de Notre Dame (Indiana, EE.
En Roma obtuvo su doctorado con una tesis calificada de magna cum laude titulada El Concilio Vaticano I y la evolución del dogma.
[1] Dando cuerpo a un proyecto estudiado por varios años, en 1960 se fundó la revista Teología y vida,[3] cuyo primer director fue monseñor McGrath.
Allí tuvo la oportunidad de servir a los más pobres, los campesinos y los indígenas.
Fue testigo también del carácter trágico que tomaría en América Latina el compromiso de la Iglesia con los pobres.
Le correspondió al obispo exigir la verdad y la justicia en ese caso.
Poco después de su elección al episcopado, se inauguró el Concilio Vaticano II.
El arzobispo se había involucrado intensamente en el proceso de difusión y aplicación del Concilio al continente, especialmente a través del Consejo Episcopal Latinoamericano(CELAM), donde participó muy activamente entre 1963 y 1972.
Pero sobre todo quiso celebrar con dignidad y devoción la Eucaristía, diariamente, hasta poco antes de morir.
Se había retirado de sus actividades públicas en 1994, cuando la enfermedad empezó a minar su salud.
Fue honrado con varios doctorados honoris causa:[1] Se le concedieron otros honores:[1]