En marzo de 1913, después del asesinato de Madero y Pino Suárez, junto a los generales Pascual Orozco, José Inés Salazar, Emilio P. Campa, Jesús Campos y Benjamín Argumedo, reconoció el gobierno de Victoriano Huerta; en agosto de ese mismo año, se le reconoció el grado de general brigadier y operó en el Estado de Chihuahua contra las fuerzas villistas; entre julio y diciembre de 1914 sostuvo fuertes combates contra los Villistas, en Camargo, Chih., derrota a los Generales Villistas Rosalío Hernández, Maclovio Herrera, Trinidad Rodríguez y Manuel Chao; en el sitio de la ciudad de Chihuahua, por Francisco Villa, en 1913, rechaza a los Generales Villista, Trinidad Rodríguez y Maclovio Herrera, posteriormente combate con éxito a los hermanos Arrieta en la Laguna.
El General Caraveo se refugia en el Bolsón de Mapimí, y se reúne con las tropas federales en la ciudad de Torreón, Coah,.
En esta zona tuvo varias escaramuzas sin importancia contra las fuerzas carrancistas, sin embargo destruye a San Andrés de Chalchicomula, incursionando en Oaxaca en donde toma el pueblo de Zapotitlan Lagunas.
Al ver Caraveo que no podía haber unidad entre los jefes zapatistas, abandona las tierras zapatistas e incursiona por la huasteca, en donde el General Manuel Peláez, quien protegía a las compañías petroleras extranjeras, lo recibe a él y a la tropa con agrado y atenciones.
Fue elegido Gobernador de Chihuahua en 1928, pero al secundar el movimiento conocido como la Rebelión escobarista en 1929, se lanzó en contra del gobierno Federal, siendo derrotado en Jiménez y Reforma, pero en ese mismo año, derrota en Casas Grandes, Chih a los federales Gilberto R. Limón y Matías Ramos, en el combate en el lugar denominado Malpais, al no tener recursos económicos para sostener la tropa que le quedaba la disuelve junto con el General de la Vega y el coronel José Chávez, se exilió a los Estados Unidos por el rumbo de Deming, Nuevo México.