Sin embargo, Orol termina eligiendo como la nueva estrella de sus películas a la también rumbera Rosa Carmina.
Bajo la batuta de Rogelio A. González filma también Mujer en condominio, donde alterna con el célebre compositor Agustín Lara.
Orol decidió quemar sus naves en una súper producción, haciendo uso, por primera vez, del color y el cinemascope.
El director Manuel Mur Oti, casi una institución en España, fue el cómplice elegido para esta nueva aventura que se tituló Duelo en la Cañada, drama de época, donde Orol únicamente co-producía.
Aquí, la Esquivel, era una inocente cantante de mesón que por azares del guion se veía envuelta en un crimen no cometido.
Así continuaron hasta que en 1964 decidieron divorciar sus afectos e intereses y cada uno seguir su camino.
Al sexagenario Orol, en cambio, le quedaron arrestos para una cuarta musa, Dinorah Judith, la estrella del ocaso, que siguiendo el camino de sus antecesoras también se convirtió en esposa, la quinta y postrera esposa, del polémico realizador.