Manuel Yrigoyen Arias

En 1855 fue uno de los socios fundadores del Club Nacional en Lima, y años después su 13.º presidente durante los periodos 1901-1902.[1]​ Cursó sus estudios superiores en el Convictorio de San Carlos, regentado entonces por Bartolomé Herrera, quien supo distinguirlo desde entonces por sus cualidades académicas y personales.A los veinte años, en 1851, fue nombrado profesor de filosofía, pues había obtenido el primer premio en todos sus cursos y alcanzó la medalla de oro anual con la que el colegio distinguía a los alumnos sobresalientes.Por su buen desempeño en esta misión logró ganar la confianza y estima del presidente, a cuya familia quedó estrechamente vinculado por el matrimonio que contrajo, terminada la campaña, con Mercedes Diez Canseco Olazábal, sobrina de Francisca Diez Canseco Corbacho, la esposa de Castilla.[1]​ En los debates a que dio lugar en el Congreso, tomó parte activa, demostrando tanto una tradición liberal como una fuerte influencia del Convictorio de San Carlos y de su director, quienes eran conservadores.Durante su actuación parlamentaria reveló, por primera vez, sus especiales aptitudes de legislador, principalmente al sostener que las entradas del guano se empleasen en pagar las deudas del estado, y construir obras públicas, en lugar de atender con ellas los servicios ordinarios de la administración, que debían ser cubiertos con las contribuciones.Decía al respecto: «Este sistema, muy útil y cómodo en verdad para todos, pues casi en nada afecta la renta individual, tiene que llevarnos con el tiempo, sí por desgracia continua, a un estado político y social aterrador».Poco después, fue elevado al rango de enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en esos mismos países, donde permaneció cinco años.[5]​ La cartera de Relaciones Exteriores quedó vacante, pues el gobierno esperaba que Yrigoyen aceptara volver a ocuparla, pero este se mostraba reticente.[6]​ En octubre del mismo año, presentó nuevamente su dimisión, pero fue otra vez nombrado el 28 del mismo mes, viéndose obligado a aceptar el cargo, por habérsele pedido en un comicio público que tuvo lugar en la Municipalidad de Lima.[7]​[1]​ Se retiró entonces a la vida privada, hasta que ocurrieron las derrotas peruanas en las batallas de San Juan y Miraflores, que trajo por consecuencia la inmediata la ocupación de la capital por el ejército invasor.Más aún habiendo las autoridades chilenas declarado que no aceptaban la intervención ni los buenos oficios del cuerpo diplomático peruano, y que no tratarían con el gobierno dictatorial de Piérola y elevó su renuncia el mismo febrero.[12]​ Inició y dirigió entonces, asesorado por una comisión técnica ad hoc presidida por Antonio Raimondi, las negociaciones con el Ecuador, que llevó a la firma del Tratado de Límites García-Herrera.[15]​ Como canciller celebró con el Ecuador y Colombia un Acuerdo Tripartito sobre límites, en la que se daba personería a este último país en nuestra controversia territorial con el Ecuador, y en la que se devolvía todo su primitivo vigor al Tratado de Arbitraje Bonifaz-Espinoza que fuera suscrito con en 1887 para llevar la controversia limítrofe peruano-ecuatoriana al arbitraje del Rey de España.[16]​ La revolución cívico-demócrata (o revolución pierolista), que estalló ese mismo año contra el gobierno de Cáceres, interrumpió las negociaciones que Yrigoyen estaba llevando a cabo en Santiago por intermedio del ministro Ramón Ribeyro para solucionar la cuestión de Tacna y Arica.Durante el alejamiento del poder del Partido Constitucional, en cuyas filas siempre militó, Yrigoyen permaneció recluido en la tranquilidad del hogar, rechazando siempre toda intervención en la gerencia de los asuntos públicos, hasta que en 1902, comisionado por Lino Alarco, estableció las primeras bases de la Alianza Civil-Constitucional, con Isaac Alzamora y Alejandro Deustua, delegados de aquel otro importante partido.En 1903 fue elegido, nuevamente, senador por Junín,[18]​ cargo que ejerció hasta 1912 tras sucesivas reelecciones.[19]​[20]​[21]​[22]​[23]​ En 1904 fue elegido primer vicepresidente del Senado, y habiendo sido elegido el presidente Rafael Villanueva Cortez vocal del Tribunal Supremo, presidió aquel alto cuerpo legislativo durante los cuatro congresos extraordinarios de aquel año.Luego al inhumarse el cadáver esta artillería hizo una salva de nueve cañonazos.Acto seguido en representación del Partido Constitucional, Hildebrando Fuentes pronunció otro discurso.
Manuel Yrigoyen, canciller en 1889. Fotografía Courret.
Manuel Yrigoyen, a fines del siglo XIX .
Acta de Libre Navegación del Escalda
Condecoración de Comendador Orden de Leopoldo
Monumento de Bartolomé Herrera, Obispo de Arequipa, donado por Manuel Yrigoyen Arias, considerado su discípulo y amigo, en gratitud y homenaje a sus virtudes. Obra ubicada en el cementerio de la Catedral de Arequipa.
Placa Recordatoria Monumento Bartolomé Herrera
Mausoleo Manuel Yrigoyen , cementerio Presbítero Maestro (Lima), 4.ª puerta, costado Cuartel Sta. Elena
Funerales Manuel Yrigoyen Arias