Así, por estos años aparecen en su biblioteca los últimos títulos de Camilo José Cela, Armando López Salinas, Rafael Sánchez Ferlosio o Carmen Martín Gaite, etc., acercándose igualmente a otros grandes autores clásicos y contemporáneos: Marcel Proust, Thomas Mann, etc.
En Madrid comienza la escritura de su novela "Arcadia Feliz", y continúa escribiendo cuentos.
En septiembre viaja por Suiza e Italia y en octubre, finalmente, arriba a París.
Entra a trabajar en el Banco Francés de la Agricultura, y traba amistad con exiliados españoles.
Inicia su segunda novela, que dejó inacabada, Bancarios, pero su gran preocupación en ese momento era publicar la primera.
Pasa las navidades en la casa familiar, y retoma el contacto con los viejos amigos de Jerez.
La máquina y unos escritos comprometedores me los trajo a casa para esconderlos.
Yo me casaba en muy pocos días, por lo visto todos sus amigos estábamos sometidos a vigilancia.
Javier Bellido, amigo común, se llevó los escritos y los escondió en las bóvedas de la iglesia San Dionisio, su hermano Luis era el cura, aquí se quedó la máquina de escribir.
"[8] Se pierden así aquellos escritos últimos que fueron a parar a un escondite en las bóvedas de la Iglesia"[9] (derruidas pocos años después, cuando se quitaron estas bóvedas originales del año 1730 para dejar al descubierto la techumbre original del siglo XV).El día 13 de febrero de 1963, la Brigada Político-Social registra por segunda vez el domicilio familiar y se llevan detenido a Manuel Moreno.
La familia recurre a abogados que rechazan defenderlo, aduciendo "problemas de competencia jurisdiccional".
El diario local "Ayer" recoge al día siguiente la nota de que Manuel Moreno se ha caído de un barandal, sin informar que estaba preso en la cárcel, y se difunde la misma versión oficial que tres meses antes ofreciera el Gobierno franquista sobre Julián Grimau: intento de suicidio.
La policía custodia el entierro, al cual sus propios amigos rehúsan acudir por temor a verse implicados.