En el Perú y su etapa pre-republicana se han suscitado numerosos magnicidios, entre las víctimas se encuentran Incas, Presidentes de la República, connotados políticos y notables empresarios.
Estos asesinatos perpetrados por militantes apristas, miembros de la guardia dorada y dirigidos por Idiáquez, estimuló el levantamiento de Manuel Arturo Odría en Arequipa, en octubre de 1948, para defenestrar a Luis Bustamante y Rivero.
El expresidente de Ecuador Rafael Correa dio a entender que el suicidio del expresidente Alan García fue un magnicidio cuando expresó que «Si Alan García fue perseguido injustamente, su suicidio es en realidad un asesinato.
¡Ya basta de tanto abuso!
Que no se puede jugar con honra y libertad de las personas.