[1] Segundo Remigio siguió la carrera de armas, continuando así la tradición paterna.
Como continuó resistiendo, recibió más disparos, quedando herido de gravedad, para luego fallecer.
Así fue como se logró capturar a uno de los cómplices, que bajo tortura delató al resto.
Posteriormente fueron trasladados a Lima, donde, el 20 de noviembre, se realizó el sepelio en el cuartel de Santa Catalina, para luego ser llevado en cortejo fúnebre hasta el cementerio general.
[7] Se acusó al dirigente aprista Alfredo Tello Salavarría de ser el autor intelectual del crimen.
[2] Por su parte, Haya de la Torre, el líder aprista, dudaba de esta versión oficial de los hechos y creía que los verdaderos autores del crimen eran los enemigos del Apra, quienes creyeron que el comandante conspiraba con el partido aprista para derrocar al presidente Benavides y convocar a elecciones libres.