Maestro de Becerril

Maestro de Becerril es el nombre convencional por el que se conoce a un taller o maestro anónimo renacentista activo en Tierra de Campos en la tercera y cuarta décadas del siglo XVI.

La decoración en relieves fingidos de los tímpanos y muros del amplio salón es, como advirtiera Diego Angulo, un «comentario pagano» al motivo religioso.

La figura femenina en pie fue ya interpretada por Angulo como la romana Lucrecia, modelo de castidad para Giovanni Boccaccio, Juan de Mena, Diego de San Pedro y muchos otros, pues por preservar su fama tras haber sido violada por Tarquino se quitó la vida, en clara alusión a la violencia sufrida por el niño Pelayo, su resistencia y su martirio.

[4]​ Tampoco ofrece dificultad la interpretación de la figura de Leda, en la que se concretan los amores deshonestos que encuentran cobijo en el palacio del emir, en tanto homosexualidad y bestialismo se interpretaban como manifestaciones indistintas del mismo abominable pecado contra naturam.

La figura del personaje joven que acaricia a un perro para Angulo representaría a Céfalo con Lélapos, «lamentando las trágicas consecuencias de los celos de Procris», o alguna fábula no identificada que abundase en el mismo motivo de los amores antinaturales,[4]​ en tanto para Ana Ávila, siguiendo a Camón Aznar, se trataría de la casta Diana,[5]​ aunque a su interpretación podría ayudar la inscripción que se encuentra en el friso que corre por debajo del tímpano, en la que se lee «pasiphe minerv».

Flagelación de san Pelayo , Málaga, Catedral, capilla del Sagrado Corazón.
Ezequiel , óleo sobre tabla, 90,7 x 87,5 cm, Madrid, Museo del Prado .