Este título también hace alusión al material publicado en 1985 y nombrado Madonna: The First Album, que incluyó un nuevo diseño en su portada, así como a la versión remasterizada distribuida en 2001 por Warner Bros.
Se publicaron cinco sencillos comerciales para promover el disco, después de lo cual Madonna realizó la gira The Virgin Tour en 1985.
A pesar de ello, la asociación duró poco y se disolvió al año siguiente debido a diferencias en la dirección musical que habría de seguir Madonna: por un lado, Barbone prefería el rock and roll, mientras que ella estaba interesada en la música dance.
Acudieron a varios clubes nocturnos y discotecas, entre ellos Danceteria, un lugar al que solía ir la cantante desde hacía algún tiempo.
[19][20][13] En esta ocasión, Madonna quiso que Reggie Lucas, ejecutivo de Warner Bros., fuese el productor del proyecto.
[17] Los primeros temas que se grabaron fueron «Lucky Star», «Think of Me», «I Know It» y una nueva versión de «Ain't No Big Deal».
En opinión de la artista, «Lucky Star» y «Borderline» eran «la base perfecta del disco»,[21] y aunque quería que este llevara como título el de la primera canción,[20][22] al final eligió su propio nombre, pues sentía que un título singular podía resultar más poderoso.
[25] Al final, Lucas se deslindó del proyecto y contactó a John «Jellybean» Benitez, un DJ de la discoteca Funhouse, para que remezclara las canciones.
[17] Como reemplazo, Benitez consiguió otra canción escrita por Curtis Hudson y Lisa Stevens, integrantes de la banda pop Pure Energy,[21] titulada «Holiday»,[22] que antes habían rechazado interpretar Phyllis Hyman y Mary Wilson, exintegrantes de The Supremes.
[21] En un esfuerzo por volver «más comercial» el tema, Benitez le propuso a Zarr añadir un solo de piano al final.
[29] La revista Radio & Records describió a la cantante en la portada como «un cruce entre Marilyn Monroe y Jean Harlow».
[33] Madonna dedicó el álbum a su padre Tony Ciccone, cuya relación no había sido del todo buena.
[36] «Borderline» sigue un tono más sentimental, cuya letra trata sobre un amor que nunca está satisfecho.
[40] En «Think of Me», Madonna le dice a su amante que debe prestarle atención, de lo contrario ella lo abandonará.
[56] Mark Lore, del Portland Mercury, sostuvo que «a pesar de su influencia disco, Madonna es punk rock en actitud e incluso, hasta cierto punto, en estilo.
Sin embargo, hay en él un claro punto de frescura y casualidad que lo sigue haciendo irresistible».
[48] Jaime Cristóbal, del mismo sitio, lo llamó «un clásico de pop moderno» y remarcó que «pocos debuts son tan brillantes.
[62] Para The Quietus, Matthew Lindsay lo llamó «un gran disco pop; una banda sonora para tiempos complicados».
[65] Sergio Ariza Lázaro, del diario digital Diario Crítico, citó a «Holiday» como el mejor tema del álbum y escribió: «Para su debut, sus influencias mezclan la nueva ola de grupos como Soft Cell con la música disco, todo bañado por una sensibilidad pop magistral y unos estribillos luminosos.
[81] Veintinueve ediciones después, llegó a su posición más alta en el 16 y estuvo presente un total de 47 semanas en la lista.
[107] Un año después, interpretó los sencillos del disco en The Virgin Tour, gira en la que visitó únicamente Estados Unidos y la ciudad de Toronto, en Canadá.
[115] Asimismo, Shari Benstock y Suzanne Ferriss, en su libro On fashion, afirmaron que la gira «posicionó a Madonna como la figura más ardiente de la música pop».
Estos vídeos se volvieron a publicar como parte del recopilatorio de 1990 The Immaculate Collection.
Ayudó a promocionar la canción al mismo tiempo que impulsó la popularidad de Madonna.
[125][1] A pesar de ello, no recibió ningún reconocimiento ni tampoco ingresó en la lista oficial Billboard Hot 100.
[24] Varios críticos elogiaron la canción y la calificaron como la introducción al género «dance optimista».
[137][24] La crítica le dio opiniones muy positivas y la catalogaron como la interpretación más compleja armónicamente del disco.
La crítica coincidió en la «revolución» que supuso el álbum para la música disco, que en opinión de Brian Niemietz del New York Post resultó comparable con la invención de la música góspel y el rock and roll por Elvis Presley.
[35] El escritor Santiago Fouz-Hernández notó que los ritmos pegadizos y los arreglos bien definidos de las canciones, así como el estilo vocal de Madonna, contribuyeron al éxito del álbum, del cual resaltó los temas «Lucky Star» y «Borderline» por su tono optimista, que en su opinión resulta atractivo especialmente a los afines a la ideología LGBT.
[141] Sin embargo, al principio varios menospreciaron el impacto y alcance tanto del disco como de su intérprete en la industria musical.